SALA DEL METEORITO
Dedicada al meteorito más grande caído hasta hoy en España, la sala se puede visitar dentro del Museo del Enclave de la Muralla (MUDEM), ubicado en la Calle Ibn Arabi, s/n, 30500
Un espacio museístico didáctico al servicio de los ciudadanos, colectivos y centros educativos que puede ser usado como un excelente recurso educativo, que rinde homenaje y da a conocer el importante e interesante hecho que hace más de 150 años ocurrió en el municipio molinense, y relata los antecedentes y características de los meteoritos y su importancia para el estudio del planeta.
Además en las inmediaciones del lugar de la caída del meteorito se ha marcado una ruta senderista de dos kilómetros que conduce al visitante desde la carretera A5 Molina-Fortuna hasta el lugar de impacto.
Horario de apertura
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De martes a viernes de 10 a 14 horas
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De miércoles a sabados de 17 a 20 horas
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Domingo de 11 a 14 horas
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Lunes cerrado
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Historia del meteorito
En la madrugada del 24 de diciembre de 1858 un halo luminoso recorrió el cielo de Molina de Segura y según los testimonios recogidos en el informe encargado por Rafael Martínez Fortún, dueño del terreno donde cayó el meteorito en la pedanía molinense de La Hurona, a las 2:45 h. apareció en el cielo un globo de fuego brillante que oscureció la luz de la luna y descendió desde lo alto. Algunos testigos señalaron que se oyó un gran ruido “como el de un cañonazo”, acompañado de un temblor de tierra “parecido al que ocasiona un terremoto”.
El citado propietario redactó un informe exhaustivo sobre el hecho y el descubrimiento, y lo trasladó a Madrid, donde quedó depositado en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid en 1863.
Sin embargo, cuando los residentes fueron al lugar de la caída no encontraron restos del impacto, por lo que se olvidó el suceso. Posteriormente, durante la siega de la cebada, un segador encontró una piedra parcialmente enterrada de forma cuadrangular, color negruzco y un peso extraordinario que no se parecía a piedra alguna que hubieran visto en aquellos parajes. El meteorito, después de ser enviado a un museo científico, se fragmentó en dieciséis trozos. En 1863 la reina IsabelII aceptó donar el fragmento más grande (112,5 kg) al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, donde se exhibe desde entonces.
El citado propietario redactó un informe exhaustivo sobre el hecho y el descubrimiento, y lo trasladó a Madrid, donde quedó depositado en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid en 1863.
Sin embargo, cuando los residentes fueron al lugar de la caída no encontraron restos del impacto, por lo que se olvidó el suceso. Posteriormente, durante la siega de la cebada, un segador encontró una piedra parcialmente enterrada de forma cuadrangular, color negruzco y un peso extraordinario que no se parecía a piedra alguna que hubieran visto en aquellos parajes. El meteorito, después de ser enviado a un museo científico, se fragmentó en dieciséis trozos. En 1863 la reina IsabelII aceptó donar el fragmento más grande (112,5 kg) al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, donde se exhibe desde entonces.
Ruta del meteorito en la Albarda
El paseo de las Letras
Inaugurado en 2011, El Paseo de las letras ubicado en el Parque de la Compañía junto al Ayuntamiento, rinde homenaje a escritores nacidos o residentes en Molina de Segura que han publicado al menos una obra de ficción, como autor único, en alguna editorial española de ámbito nacional, excluyéndose ediciones públicas y autoediciones.
La lista, que se va ampliando con los años, está compuesta entre otros por Salvador García Aguilar, Elías Meana, Lola López Mondéjar, Paco López Mengual, Manuel Moyano, Jerónimo Tristante, Marta Zafrilla o Lorena Moreno y todos tienen en el paseo su placa decorada con un motivo gráfico alusivo del meteorito, pues una curiosa leyenda relaciona esta confluencia de escritores con la caída sobre Molina de Segura, en 1858, del mayor meteorito jamás registrado en España.
La muy leal y noble Orden del Meteorito de Molina de Segura
Molina de Segura (Murcia) es un pueblo donde la concentración de escritores por metro cuadrado supera con creces la de otras ciudades. Su Ayuntamiento, como institución pública, ha recogido el despertar cultural de sus habitantes y lo ha elevado a un nuevo hecho literario cual es la creación de ‘La Orden del Meteorito’, formada por un grupo de escritores que reúnen los requisitos de ser nacidos o residentes en Molina y haber publicado en alguna editorial de ámbito nacional, y a quienes se les da la oportunidad de dejar su huella en el Paseo de las Letras.
Las obras de todos estos autores cuentan con una extraordinaria calidad literaria y muchos de ellos, además, han obtenido reconocidos premios literarios y han sido traducidos a otros idiomas. De este modo, podemos destacar a los diez primeros meteoritos descubriendo: la huella clásica en Salvador García Aguilar; el mar de Elías Meana; el amor femenino en Lola López Mondéjar; el humor mágico de Paco López Mengual; la escritura arriesgada de Pablo de Aguilar; la asombrosa imaginación de Manuel Moyano; las fabulaciones de Rubén Castillo; los enigmas de Jerónimo Tristante; el juego de la lectura de Marta Zafrilla; o el verismo de Lorena Moreno. A los cuales se han unido recientemente seis escritores más de los que subrayamos: la poética de Vicente García Hernández; la fantasía épica de Francisco Javier Illán Vivas; la literatura ecológica de Antonio Ruiz Munuera; la prosa de cine de Javier Martínez; los originales títulos de García de Saura; y la narración psicológica de José Antonio Jiménez-Barbero.
Esa denominación, que evoca lo cósmico, trata de explicar este fenómeno de producción literaria tan curioso y especial vinculado al hecho real de la caída en 1858 del meteorito más grande hallado en territorio español. A partir de ahí los propios escritores inventaron la leyenda de la ‘radioescribidad’ (así denominada por el periodista Miguel Masotti), que provenía de los efluvios que emanaban del cráter del impacto y dotaban de forma aleatoria a los habitantes del pueblo de Molina de Segura con el don de la literatura. Este juego lúdico consigue instalar lo imaginario en la vida cotidiana. Debemos ver el juego como un proceso natural que permite que salga a la luz la referencia de la obra del arte al ser. Este grupo de escritores reúne los requisitos que los teóricos de la literatura otorgaron a las generaciones literarias, especialmente Julius Petersen, en cuanto a ser coetáneos (cercanía en el tiempo), tener estudios universitarios (homogeneidad de la educación recibida), realización de algunas actividades culturales conjuntas (convivencia entre ellos), han vivido la crisis social contemporánea (experiencia generacional), influencia de los escritores del boom latinoamericano (a modo de guía intelectual), lenguaje visual cinematográfico (lenguaje generacional); o la visión de Ortega y Gasset como una comunidad de espíritu, de sensibilidad, de actitudes, de preocupaciones, de problemas, de rasgos estilísticos generales; sin olvidar nunca la individualidad propia y el talento personal de cada escritor, que proclamaba Julián Marías. ‘La Orden del Meteorito’ nace como una forma de mejora cultural personal y social y como una fuente interesante para la docencia e investigación de la literatura actual.